La aceituna aloreña, es una variedad de aceituna de mesa autóctona de la comarca del Valle del Guadalhorce donde se localiza su zona de producción. La forma del fruto es ovoidal, similar al de una manzana tanto en forma como en color, es como una pequeña manzanita, de ahí que muchos la denominen como manzanilla, lo que en numerosos caso a llevado a confundirla con la manzanilla Sevillana aunque el fruto es totalmente distinto, tanto por el color como
por forma y tamaño. La cavidad pedúncular es circular, profunda y amplia. Las características que mas diferencian a estas aceitunas de mesa son:
Hueso flotante, que se desprende fácilmente de la pulpa. Tradicionalmente en la zona para determinar el momento óptimo de recolección se cortaba la aceituna por el ecuador y si las dos mitades podían despegarse fácilmente indicaba que nos encontramos en el momento óptimo de la recolección. Hay que destacar también la buena relación pulpa/hueso, su homogeneidad, su textura crujiente, así como su firmeza de pulpa, características vinculadas tanto a la variedad de aceituna como a la forma de preparación.
Su forma de preparación es también muy peculiar. Son aceitunas curadas en salmuera. Dado su bajo contenido en oleuropreina (componente amargo de la aceituna) estas aceitunas no necesitan tratamiento con sosa cáustica para poder endulzarlas, por lo tanto serán aceitunas sin tratamiento con sosa cáustica, únicamente endulzadas con agua y sal, en tan solo tres días en salmuera las aceitunas pueden aliñarse para su consumo. Los aliños mas característico son tomillo, hinojo, ajo y pimiento. Aunque existen muchas variantes dependiendo del pueblo, zona o cortijo. Hay quienes utilizaban vinagre, zumo de limón, orégano, laurel, etc.