Abu Simbel es el templo que mandó erigir Ramsés II al sur de Egipto, en Nubia, para mostrar su grandeza, a principios de 1284 a.C. Su construcción se prolongó durante unos 20 años y representa al faraón como una divinidad, para asegurar la obediencia de los nubios, ya que pensó que no se atreverían a enfrentarse a un dios.
La exposición consta de cuatro salas: una fachada con cuatro estatuas que representan a Ramsés II y tres cámaras (Gran Sala Hipóstila, Segunda Sala Hipóstila, y Santuario) que recrean las del templo original y el Santuario. El realismo del templo se consigue por la recreación detallada de sus pinturas y por la dimensión de su arquitectura.